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Podrías preguntarte si puedes ayudar a tu gato cuando tiene artritis. La respuesta es muy simple: SÍ.
Esta ficha de Pet InfoRx® te ayudará a saber qué hacer y cómo ayudar a tu gatosentirse más cómodo.
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Los gatos saben ocultar el dolor a la perfección. Es su instinto de supervivencia.
Importante: Al tocar a tu gato para determinar si siente dolor, es posible que te muerda o arañe a ti o a la persona que te esté ayudando. Incluso si tu gato nunca muerde o araña, el simple hecho de estar tocándolo para ver si siente dolor le da la idea de que algo no está bien.
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La artritis —algunas veces llamada osteoartritis (OA) o enfermedad articular degenerativa (EAD)— es una inflamación articular degenerativa, irreversible y progresiva que causa daño en los huesos y cartílagos circundantes. En una articulación felina sana, el cartílago funciona como una almohadilla que le permite a una articulación moverse con fluidez en toda la amplitud del movimiento. En una articulación con artrosis, esa almohadilla está desgastada, por lo que causa dolor, inflamación y movilidad reducida. La artritis en gatos es muy frecuente, y es más intensa en gatos adultos o ancianos. Los gatos desarrollan artritis más que nada en codos y caderas, pero también se han informado casos de artritis en hombros, rodillas, muñecas/tobillos y columna. Casi siempre la afectación es bilateral, es decir, se ve afectada la misma articulación del lado opuesto. Además, la obesidad en gatos es un factor de riesgo de artritis, dislocación, traumatismo o infección articular que puede causar artritis a cualquier edad.
A diferencia de los perros, los gatos suelen tolerar u ocultar la artritis grave porque tienen gran agilidad y son de contextura física reducida. Asimismo, los gatos se rehúsan a ser manipulados durante una exploración clínica a cargo del veterinario. Debido a su comportamiento generalizado durante una exploración clínica, es difícil determinar si manifiestan signos de dolor o solo resistencia. Por lo tanto, las afecciones suelen pasar desapercibidas.
Signos de artritis que podría manifestar tu gato:
La artritis suele ser una afección compleja que causa inflamación y degeneración articular. Lamentablemente, no se trata de una sola causa, sino de varios factores que influyen en el desarrollo y la progresión de la enfermedad. Algunos de estos factores incluyen contextura física (el cuerpo mismo del gato), obesidad, desarrollo articular anormal, cirugía ortopédica, traumatismo o lesión, y problemas de alimentación. Alrededor del 90 % de los gatos mayores de 10 años tienen artritis en al menos una articulación.
Es indudable que la obesidad —por el nivel de inflamación leve y constante que genera en todo el cuerpo del gato— es un factor de riesgo considerable para el desarrollo de la artritis, como lo es también una alimentación deficiente.
Cualquier actividad repetitiva que implique una distribución o una carga de peso irregulares puede causar degeneración en las articulaciones. Los gatos viven a los brincos y saltos, uno de los motivos probables por los que los codos y las caderas son las partes del cuerpo más frecuentemente afectadas. Los gatos también son eximios trepadores y suelen extender el cuerpo sobre columnas para gatos o estructuras verticales similares. Por lo tanto, las caderas y la columna se ven afectadas por una tensión repetitiva. El amasado constante en los postes de los gatos también contribuye al riesgo de manifestar artritis.
Cualquier inflamación del cuerpo —en especial una inflamación crónica por enfermedades inmunitarias— también puede causar artritis.
Desafortunadamente, si tu gato tiene artritis, no estás “tratando” la enfermedad, sino más bien “controlándola”. Es probable que tu veterinario recomiende que tu gato mantenga un peso corporal ideal y un estilo de vida activo. Hay dos formas ideales de combatir y desacelerar la progresión de la osteoartritis.
Hay dietas especiales diseñadas para ayudar a controlar la artritis (Royal Canin Mobility Support y Hill's j/d). Recuerda respetar las instrucciones del veterinario sobre la cantidad de alimento que debes darle.
Además, es probable que el veterinario te recomiende suplementos específicos o extractos de hierba, medicamentos y una rutina de ejercicios personalizada para que tu gato se sienta mejor. Debes respetar estas recomendaciones al pie de la letra.
Nota: Como mencionamos antes, puede ser difícil diagnosticar a un gato, puesto que no siempre cooperan durante una exploración clínica. No suelen tener los mismos signos evidentes que los perros, como el sonido de crepitación o chasquido articular. Por lo tanto, el veterinario podría recomendar un tratamiento de prueba para ver cómo responde.
En casos avanzados, podría ser beneficioso administrar medicamentos o terapias adicionales, incluidas inyecciones intraarticulares y otras opciones diseñadas para prevenir daños en el cartílago, terapia con láser, plasma rico en plaquetas, tratamientos con células madre, fisioterapia y acupuntura.
La artritis es una enfermedad dolorosa que genera gran malestar. Si a tu gato le diagnostican artritis, comunícate con frecuencia con el veterinario y asegúrate de administrarle a tu gato los medicamentos conforme a las instrucciones.
Cómo adaptar tu casa para que los gatos con problemas motrices puedan desplazarse con facilidad:
Lee más sugerencias y detalles sobre los productos anteriores, así como recomendaciones sobre suplementos.
Si a tu gato le diagnosticaron artritis y está tomando medicamentos, notarás que tu pequeña mascota se mueve mejor y siente menos dolor. También notarás que su estado de ánimo mejora.
Los medicamentos deberían reducir la inflamación y el dolor, además de mejorar la amplitud de movimiento de tu gato en las articulaciones afectadas. Tu gato comenzará a moverse y a jugar con facilidad, y se mostrará más activo en general.
Si tu gato no ha mejorado durante las primeras dos o tres semanas de haber comenzado el tratamiento con medicamentos, comunícate con el veterinario. Podría solicitar más análisis o, tal vez, recetar más analgésicos para que tu gato se sienta tan aliviado como sea posible. En estos momentos, supervisa a tu gato de forma estricta. El comportamiento y los hábitos en tu casa difieren en gran medida de lo que demuestra en el consultorio del veterinario. Te recomendamos grabar un video de tu gato mientras camina, se mueve o hace algo que te parece anormal. Esto puede ayudar al veterinario a obtener un mejor diagnóstico.
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