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Tu gato está engordando. No te preocupes: podrá volver a su peso ideal con un poco de esfuerzo adicional y mucha paciencia de tu parte.
Esta ficha de Pet InfoRx® te ayudará a determinar qué debes hacer, cómo ayudar a tu gato a recobrar el peso ideal y como evitar que aumente de peso en el futuro.
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Alrededor del 60 % de los gatos de EE. UU. tiene sobrepeso o es obeso. Estas dos condiciones causan inflamación por exceso de grasa corporal. Esta inflamación puede causar enfermedades permanentes, como diabetes, enfermedades cardíacas, hipertensión, artritis y muchas más.
Incluso antes de desarrollar estas enfermedades, los gatos con obesidad y sobrepeso pueden tener dificultades para llevar a cabo las actividades cotidianas, como asearse de forma apropiada, y pueden comenzar a tener problemas con la caja de heces debido a su peso excesivo.
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Se considera que los gatos tienen sobrepeso cuando superan en un 10 a un 20 % su peso corporal ideal. Los gatos obesos superan en un 20 % su peso corporal ideal. La obesidad es la enfermedad más común en gatos domésticos.
Los síntomas frecuentes de sobrepeso u obesidad incluyen movimientos más lentos o con dolor, respiración forzada, hábitos de aseo deficientes, dormir más de lo normal y disminución general de la actividad.
Si no se presta atención a este tipo de trastorno, los gatos con sobrepeso u obesidad pueden desarrollar enfermedades permanentes, incluso diabetes, enfermedad hepática, artritis, enfermedad cardíaca y más. Además de sentir molestias en el día a día, se reducirá la expectativa de vida de tu gato.
Los gatos aumentan de peso cuando consumen demasiadas calorías y no se ejercitan lo suficiente para quemar esas calorías.
Si bien podría haber cierta predisposición debido a la raza, los genes y el sexo (esterilizado o sin esterilizar), en la mayoría de los casos el gato tiene sobrepeso u obesidad debido a que come mucho. Muy pocos gatos autorregulan la cantidad de alimentos que ingieren. En consecuencia, es importante que le des una cantidad medida de alimento a la hora de la comida (evita tener el cuenco a su alcance en todo momento), ten en cuenta las calorías que aportan las golosinas e incorpora el ejercicio como una rutina diaria de tu gato. Los estudios recientes revelan que los gatos deben alimentarse de una forma que refleje su comportamiento natural —cazar para comer—, y recibir pequeñas porciones frecuentes puede ayudarlos a mantener un peso ideal y a evitar otros problemas.
En ocasiones, tu gato puede aumentar de peso como consecuencia de una enfermedad, como la diabetes. Si tu gato tiene otros síntomas (en especial si bebe más, orina más o vomita), el veterinario podría recomendar algunos análisis de diagnóstico para descartar otras enfermedades.
El veterinario te dirá cuál es el peso ideal de tu gato y te indicará un plan para que baje de peso. Es probable que incluya dieta, ejercicio y tratamiento de cualquier enfermedad que pudiera tener.
Es fundamental controlar la dieta de tu gato: no le ofrezcas golosinas, dale solo el tipo de alimento que te recomienda el veterinario y asegúrate de medir la cantidad de alimento que le suministras para garantizar que sea la dosis apropiada. Es fácil “llenarle el cuenco” y dejar que coma cuanto quiera, pero los gatos que necesitan bajar de peso deben recibir comidas específicas en dosis determinadas, como 1/4 o 1/2 taza de comida dos veces al día. Obtén una taza medidora y asegúrate de que todos en tu casa sepan que es muy importante que tu gato baje de peso, así que no deben ofrecerle golosinas.
Otra opción es obtener un comedero automático que suministre una cantidad específica de alimento durante el día a intervalos que puedas preseleccionar. De este modo, no te sentirás tentado a ofrecerle comida extra y no tendrás que estar midiendo la comida que le suministras en cada porción.
*IMPORTANTE* Si tienes un perro, no le suministres alimento para comer cuando quiera, porque tu gato podría optar por la comida de tu perro. ¡Calorías son calorías!
Hacer ejercitar a un gato puede requerir más ingenio en comparación con un perro, pero también es posible. Es tan fácil como hacer que te siga de una habitación a otra (lo mejor es hacerlo subir y bajar escaleras), jugar/atrapar juguetes, perseguir un puntero láser o, incluso, comprar una rueda para ejercicio. Algunos gatos incluso se acostumbran a caminar con arnés y correa. Algunas personas revelan que usar comederos tipo laberinto u ocultarles el cuenco en diferentes lugares cada día es una forma excelente de incrementar el ejercicio y satisfacer el instinto natural de caza del gato. Échale un vistazo a estas ideas sobre alimentación interactiva.
Se ha comprobado que usar una fuente de agua en lugar de un cuenco estimula al gato a beber con más frecuencia. Esto no solo contribuye a una mejor hidratación, sino que también mantendrá ocupado a tu gato y dejará de pensar en comida.
También es importante pesar a tu gato en casa (una vez al mes con la misma balanza, porque cada una tiene una calibración diferente) y registrar los valores en un diario para consultar el historial. Tendrás que advertirle al veterinario si hay variaciones de peso considerables. Tan solo sostén a tu gato mientras te subes a la balanza y, luego, coloca solo a tu gato sobre ella y resta tu peso. Así obtendrás el peso de tu gato. Si no tienes una balanza en tu casa, pasa por el consultorio del veterinario para pesarlo con su balanza. Siempre usa el mismo transportador de mascota, de modo que puedan pesarlo junto con el transportador. Así, el proceso de pesaje es más ágil después de haber registrado el peso del transportador, porque ya sabrás cuánto pesa. Asegúrate de no agregar ni usar mantas diferentes cada vez que lo lleves. Puedes usar un marcador para escribir el peso del transportador.
Por suerte, la mayoría de los gatos con sobrepeso no sufren mucho dolor. Sin embargo, algunos gatos podrían sentir malestar por una mayor tensión sobre las articulaciones. Comienza con ejercicios leves durante unos minutos por día y, con el transcurso del tiempo, prolonga la sesión y la frecuencia. Si tu gato lo permite, aplícale frío durante unos veinte minutos sobre las áreas donde parece tener dolor o rigidez. Para ello, coloca hielo en una bolsa de plástico o envuélvelo en una toalla. No le apliques hielo directamente sobre la piel. El veterinario también podría recomendarte suplementos que podrían ayudar a aliviar el dolor hasta que tu gato baje de peso.
Mantén la caja de heces al alcance para evitar accidentes. Asegúrate de que no tenga dificultades para entrar a la caja o salir de ella; además, asegúrate de sea suficientemente grande. Puede ser útil convertir una caja de almacenamiento extragrande con tapa en una caja de heces. Corta una abertura en uno de los lados con un tamaño apropiado (alto y ancho) para que tu gato pueda ingresar con facilidad en su caja. Coloca alrededor de dos pulgadas de piedrecillas en la caja de heces.
Aumenta el nivel de actividad física de tu gato y estimúlalo mentalmente para que no piense en comer todo lo que quiere. Por ejemplo, crea un estante al que pueda subirse con un esfuerzo leve para mirar por la ventana. Ver las aves o la gente pasar puede ser una gran distracción. También hay jaulas especiales que puedes configurar para que tu gato pase tiempo afuera de un modo seguro y protegido si tienes patio.
Tu gato definitivamente notará la disminución de calorías y podría actuar como si estuviera muy hambriento. Para prevenir que se muestre muy hambriento, que coma todo demasiado rápido o que vocalice, prueba con lo siguiente:
Una vez que alcance el peso objetivo, evita que vuelva a los malos hábitos. Mantén a tu gato en su peso corporal ideal. Así, tendrá menos riesgo de desarrollar ciertas enfermedades permanentes. Recuerda que debes poder palpar las costillas de tu gato.
Nota: Todos los gatos tienen una capa grasa debajo del estómago. Aunque tu gato pierda peso, siempre tendrá grasa debajo de esa área. ¡No le des tanta importancia a eso!
Si tu gato baja de peso unas onzas por semana de forma progresiva, estás haciendo un gran trabajo.
Tu gato debería comenzar a mostrarse más activo, en especial si logran llegar al peso anterior a haber comenzado a engordar. Con frecuencia, perder peso es como quitarle años de encima.
Si tu gato no ha perdido peso al cabo de seis a ocho semanas de haber comenzado el ejercicio y la dieta calórica, consulta con el veterinario. El veterinario podría recomendar algunos análisis de diagnóstico para determinar por qué no pierde peso tu mascota, o bien podría recomendarte otra dieta (incluso una dieta con alimentos recetados, si fuera necesario).
La mejor forma de prevenir el sobrepeso es mantener un programa de alimentación apropiado en función de la edad y del nivel de actividad de tu gato, para que conserve un peso adecuado y se mantenga activo y curioso.
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