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Tu gato tiene una infección en el oído. ¿Qué debes hacer?
Esta ficha de Pet InfoRx® te ayudará a determinar qué debes hacer, cómo hacer que tu gato a sienta más cómodo y cómo prevenir que vuelva a ocurrir en el futuro.
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Si bien los gatos son conocidos por su meticulosa higiene, puede ser difícil para ellos limpiarse las orejas. Los gatos pueden infectarse el oído por ácaros del oído dolorosos o por hongos levaduriformes o bacterias fuera de control. Por lo tanto, limpiarle las orejas a tu gato puede contribuir que se sienta mucho mejor.
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La infección del oído —también conocida como otitis externa— es una inflamación e infección del recubrimiento del canal auditivo. Se produce cuando se acumulan agua, bacterias u hongos levaduriformes en el canal auditivo. En ocasiones, es consecuencia de una infestación con ácaros del oído o pólipos (un pequeño bulto en el canal auditivo). Podrías notar que tu gato tiene la oreja enrojecida, la parte interna de la oreja inflamada o suciedad de color marrón oscuro, o bien podría emitir un olor fétido. A veces, también podrías notar una secreción amarillenta y cremosa. También podrías advertir que el pabellón auditivo (el exterior del oído) está inflamado o abultado.
Tu gato podría tener el oído infectado:
Como tu gato podría sentir dolor, hay mayor riesgo de que muerda como un mecanismo de defensa, en especial si le tocan las orejas. Asegúrate de que los niños sepan que el gato podría tener más sensibilidad en la cabeza y los oídos, y no los dejes juntos sin supervisarlos.
Debes saber que tu gato sentirá malestar cuando le limpies o trates la infección del oído. Si no puedes hacerlo de forma segura, déjalo y habla con el veterinario para saber qué hacer a continuación.
Si tu gato no recibe tratamiento contra la infección del oído, podría terminar perdiendo la audición, por lo que cambiará la forma en que la familia se comunica con tu mascota.
Sigue las instrucciones del veterinario sobre los medicamentos y la limpieza del oído de tu gato. Si el veterinario recomienda otros medicamentos para tratar una causa potencial de la infección del oído, como los ácaros del oído o una infección de la piel, asegúrate de administrárselos conforme a las instrucciones. Solo haz lo siguiente si el veterinario te lo indicó, puesto que diferentes tipos de infección requieren distintos tipos de limpieza o ningún tipo de limpieza.
En función del tipo de infección del oído y de los medicamentos recetados, tu gato podría necesitar lo siguiente:
Un buen objetivo es transformar esta rutina de limpieza en una actividad placentera. Una vez que se resuelva la infección del oído, se recomienda llevar a cabo una tarea de mantenimiento habitual, como limpiarle el oído una vez a la semana, si es posible.
No es algo que ocurra con frecuencia, pero SIEMPRE límpiale los oídos a tu gato después de bañarlo o si practica natación. Para la limpieza periódica, necesitas usar un limpiador de oídos que contenga un agente de limpieza y un ingrediente secante, como Otiderm®. Vierte el limpiador en el canal auditivo y masajéale el oído. ¡LISTO! Eso es todo.
Este video muestra cómo limpiar el oído de un perro, pero se aplica el mismo procedimiento en gatos.
Lo mejor que puedes hacer es administrarle el medicamento que recetó el veterinario y seguir las instrucciones de limpieza (pero solo si te recomendaron hacerlo).
Asegúrate de administrarle el medicamento durante todo el período indicado, aunque tu gato se sienta mejor en uno o dos días. Es importante porque así te asegurarás de tratar por completo la infección, para que no vuelva a ocurrir. Evita tocarle o frotarle las orejas a tu gato (excepto al limpiarlas) hasta que desparezca la infección; de lo contrario, se sentirá molesto.
Al administrarle un medicamento (si es necesario) en el oído o al limpiárselo, ten cuidado para que ninguna sustancia entre en contacto con los ojos de tu mascota. Podría ser útil administrarle un ungüento ocular o lágrimas artificiales en gel para evitar que se irriten los ojos si alguna sustancia entra en contacto con ellos.
Si tu gato es de esas mascotas que se rascan las orejas de forma enérgica, especialmente después de habérselas limpiado, es posible que necesites colocarle un collar isabelino para prevenir traumatismos en el oído o la cabeza.
Deberías notar que tu gato ya no se rasca ni agita tanto la cabeza. Disminuirá el enrojecimiento en la oreja del gato, notarás menos suciedad de color marrón oscuro, y el olor disminuirá en intensidad.
Si le limpias los oídos, la sustancia que sale finalmente será de color marrón claro o transparente.
Si tu mascota todavía se siente molesta y no deja de rascarse ni de agitar la cabeza de tres a cinco días después de haber iniciado el tratamiento, llama a tu veterinario para informarle la situación. Al cabo de una semana, si todavía notas suciedad de color marrón oscuro en la bola de algodón cuando le limpias el oído, quiere decir que todavía podría estar infectado. Si tu mascota de repente comienza a inclinar la cabeza hacia un lado, deja de limpiarle el oído y de administrarle el medicamento, y comunícate de inmediato con tu médico.
Las infecciones del oído en gatos suelen ocurrir como consecuencia de una infestación con ácaros del oído o de una infección bacteriana o fúngica en la piel, o bien por alergias a alimentos o a factores ambientales. En especial si tu gato sale al aire libre, es importante administrarle un antiparasitario todo el año. Así se mantendrá protegido contra los ácaros del oído, así como del gusano del corazón, las pulgas, las garrapatas y los parásitos intestinales. Sin embargo, cada antiparasitario protege de formas diferentes, por lo que tu veterinario te indicará cuál es el más efectivo para tu gato y su estilo de vida (de interior o exterior, o si hay otras mascotas en tu casa, etc.).
Si bien los problemas de piel en gatos como consecuencia de alergias o infecciones bacterianas o fúngicas son menos frecuentes que en caninos, si notas que tu gato se rasca con frecuencia, pierde pelaje o desarrolla lesiones cutáneas o costras, es importante que te comuniques con el veterinario antes de que progresen y afecten el canal auditivo del gato.
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