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Tu gato tiene un aliento cada vez más desagradable o, tal vez, ya no quiera comer tanta comida seca. ¿Qué puede significar eso? Tal vez tu gato necesite una limpieza dental o la extracción de algún diente.
Esta ficha de Pet InfoRx® explica qué es una limpieza dental y cuándo es necesaria. Además, explicaremos los motivos por los que debe extraerse un diente y cómo puedes ayudar a tu gato a sentirse cómodo después.
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Los gatitos nacen sin dientes. Comienzan a aparecer cuando tienen de dos a cuatro semanas de edad. Los primeros que notamos son los incisivos (dientes frontales) y, luego, los molares. En total, hay 26 dientes temporales (de leche). Cuando el gatito tiene de cuatro a siete meses, aparecen los dientes permanentes, que expulsan a los temporales. Los gatos tienen 30 dientes permanentes. Los seres humanos tenemos 32 dientes.
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Los veterinarios observan que los trastornos dentales son frecuentes. Se calcula que esta enfermedad, en cualquiera de sus manifestaciones, afecta a más del 50 % de los gatos de más de 3 años de edad. La enfermedad dental suele manifestarse de tres formas en gatos:
A veces, como los gatos ocultan el dolor y el malestar a la perfección, los dueños no perciben la enfermedad dental. Por lo tanto, es esencial que el veterinario lleve a cabo una exploración bucal completa una vez al año o cada seis meses en gatos ancianos. El procedimiento debe llevarse a cabo con anestesia general y radiografía para determinar con precisión cualquier problema posible.
El motivo por el cual el cuidado dental es fundamental para la salud general de tu gato es que, si no recibe atención dental, podrían surgir problemas que se propagarán a otras áreas, como inflamación del corazón y del hígado, así como insuficiencia renal crónica en gatos ancianos.
El veterinario llevará a cabo una exploración dental inicial para determinar el estado de salud dental general de tu gato. Así, intentará ver cuánta placa y tártaro dental se acumuló en los dientes del gato, evaluar el grado de daño en las encías, verificar si las raíces están expuestas, determinar si hay reabsorción dental, comprobar si hay dientes flojos, etc. Desafortunadamente, no es posible determinar el grado total de daño sin sedar al gato y obtener radiografías.
Si tu gato no recibe atención dental diaria o con frecuencia en el hogar, se formará placa y tártaro dental en los dientes de tu gato. Si no se extrae la placa o el tártaro, podrían dañarse los tejidos alrededor del diente y el hueso, por lo que podrían surgir otros problemas de salud en el futuro. Podrían surgir problemas de salud como consecuencia de una enfermedad periodontal extensiva y crónica, como la pérdida ósea, que puede causar fracturas de mandíbula, enfermedad cardíaca, enfermedad renal y otros trastornos.
Hay varias razones por las que es necesario extraer los dientes.
La enfermedad periodontal es una causa común de pérdida de dientes en los gatos. Es una enfermedad progresiva que causa daño en las encías y caries. Como podrás imaginar, esto le causa dolor y malestar a tu gato. Cuanto más conviva tu gato con la enfermedad periodontal, más daño se producirá no solo en los dientes, sino en todo el cuerpo. Las bacterias pueden causar infecciones en cualquier parte del cuerpo. En casos graves, pueden causar una infección potencialmente mortal. Debido a que la enfermedad periodontal puede causar pérdida ósea, los gatos están en riesgo de desarrollar un orificio en la boca hasta la nariz, fracturas de mandíbula y abscesos de drenaje. En casos graves, las bacterias ingresan en el torrente sanguíneo y causan infecciones en los órganos principales (hígado, corazón, riñones).
Un traumatismo en los dientes de tu gato puede ocurrir por muchos motivos. El gato puede caer de superficies elevadas, masticar objetos duros, pelearse o sufrir algún otro tipo de daño en la boca. Los dientes pueden astillarse, partirse o romperse por completo. Estos dientes deben extraerse para prevenir el dolor y una infección potencial.
No se ha determinado la causa específica de la reabsorción dental a pesar de investigaciones exhaustivas. La reabsorción dental es más frecuente en premolares de la mandíbula inferior. La reabsorción dental es una erosión dolorosa y progresiva del esmalte, de la pared cementaria y de la dentina del diente. Puede afectar la corona y la raíz del diente. Llega un momento en que el diente alcanza un daño irreparable. La corona puede desprenderse a la altura de la encía, por lo que dejará expuesta la raíz. Este es solo uno de los motivos por los que una radiografía es fundamental para identificar problemas no visibles. Los estudios revelan que no se observa una lesión evidente en el 50 % de los casos y que solo se identifican en una radiografía.
Es una enfermedad persistente y dolorosa que causa una inflamación grave del tejido bucal. Alrededor del 0.7 al 4 % de los gatos se ven afectados por esta enfermedad. Desafortunadamente, se desconoce la causa de esta enfermedad dolorosa. Algunos creen que se debe a ciertos factores virales y bacterianos, aunque también podrían influir las enfermedades inflamatorias. A veces, esta afección no puede controlarse con medicamentos ni con el cuidado dental habitual. En casos extremos, suele extraerse la totalidad de la dentadura del gato para controlar el dolor y la inflamación. Después de una extracción total, los gatos experimentan una mejoría considerable, porque ya no sienten dolor. Pueden comer bien incluso sin dientes.
Si el veterinario determina que tu gato necesita una limpieza dental y, tal vez, alguna extracción, es fundamental que respetes las sugerencias y recomendaciones que te indique antes y después del procedimiento.
Es importante comprender que el veterinario solo puede hacer una evaluación inicial de los problemas dentales de tu gato mientras el animal está despierto. Por lo tanto, el verdadero alcance de la enfermedad periodontal, los abscesos de raíces dentales, la reabsorción dental y los daños dentales, entre otras afecciones, solo puede determinarse una vez que hayan anestesiado al gato y que hayan obtenido radiografías.
Por lo tanto, es importante que tengas el teléfono al alcance de la mano mientras tu gato se somete a un procedimiento dental, porque el veterinario podría llamarte si detecta más problemas de los que preveía en un principio.
Después del procedimiento, asegúrate de seguir de forma estricta las instrucciones de alta que te indique el veterinario. Según el alcance de la enfermedad dental de tu gato y de si fue necesario hacer extracciones, el veterinario podría indicarte algunos antibióticos, analgésicos y enjuague bucal para tu gato una vez que regresen al hogar. Asegúrate de administrarle todos los medicamentos conforme a las instrucciones, aunque tu gato no sienta dolor, y no interrumpas ni alteres el tratamiento de ninguna forma sin primero haber consultado con el veterinario.
Si el veterinario te facilitó un enjuague bucal, úsalo según las instrucciones. El enjuague bucal suele tener un adaptador angular que se inserta con facilidad en la comisura de la boca de tu mascota y, luego, se presiona el envase. Por lo general, se hace en ambos extremos de la boca. Si a tu gato no le gusta el envase, puedes pedirle una jeringuilla al veterinario para usarla en lugar del envase. La jeringuilla suele ser más fácil de manipular y puedes ocultarla mejor en comparación en el envase del enjuague bucal.
Náuseas: A veces, los gatos tienen náuseas por la anestesia. Si tu gato tiene antecedentes de episodios similares, asegúrate de informarle al veterinario, para que puedan aliviarlo de forma oportuna. Si el veterinario no le administró algo antes o después del procedimiento, asegúrate de preguntarle qué puedes darle a tu gato si tiene náuseas o vómitos.
Te darás cuenta de si tiene náuseas porque podría babear, lamerse los labios con frecuencia, hacer arcadas, tener reflejos de náuseas o vomitar un líquido verdoso o contenido acuoso.
Aturdimiento: También podría sentirse aturdido por la anestesia, por lo que es fundamental facilitarles un ambiente tranquilo para descansar al volver a casa. Coloca un difusor de feromonas Feliway en el área de descanso para contribuir a calmarlo. Coloca la caja de heces junto al lugar de descanso, de modo que tu gato no tenga que moverse demasiado. Además, asegúrate de dejarlo descansar en un lugar con una temperatura templada: ni demasiado cálida ni demasiado fría.
Tos: Tu gato podría toser por la irritación causada por la colocación de una sonda durante el procedimiento (se desliza una sonda por la garganta hasta la tráquea para mantener abiertas las vías respiratorias). Si tu gato no se siente mejor al cabo de dos a tres días del procedimiento o si presenta tos constante y estridente, comunícate con el veterinario.
Alimentación: Si el veterinario te dice que tu gato puede comer algo no abundante más tarde después del procedimiento, ablanda la comida seca con agua tibia o utiliza un alimento enlatado. Coloca los cuencos de comida y agua junto al lugar de descanso de tu gato, de modo que no tenga que moverse demasiado.
Golosinas y cuidado dental: Si tu gato se sometió a una limpieza dental, pero no fue necesario hacer una extracción, puedes darle alguna golosina crocante al cabo de 48 horas. En este momento también puedes comenzar el cuidado dental en el hogar.
Si tu gato se sometió a una extracción de dientes, no permitas que ingiera comida dura durante al menos diez días. De este modo, el tejido tendrá tiempo para sanar. Si tu gato se sometió a varias extracciones complicadas, el veterinario podría recomendarte que esperes catorce días para darle comida dura o directamente que tu gato no coma nada duro en el futuro. En ese momento también podrás comenzar el cuidado dental en el hogar, siempre que te haya autorizado el veterinario. No querrás arriesgarte a rasgar las encías de tu mascota donde se aplicaron puntos.
Por lo general, después de una limpieza básica, tu gato volverá comer, beber y jugar con normalidad al cabo de unos dos días.
Si, además de una limpieza dental, le extrajeron dientes a tu gato, la boca podría demorar una semana en sanar. Pero, por lo general, notarás una mejoría unos dos a cuatro días después del procedimiento.
Si tu gato se rehúsa a comer o beber, o parece dolorido 36 horas después del procedimiento, comunícate con el veterinario. Podría necesitar analgésicos adicionales o una nueva evaluación.
Si tu gato vomita o tiene diarrea, comunícate con el veterinario. Vomitar una o dos veces durante las primeras 24 horas posteriores al procedimiento puede ser una respuesta normal a la anestesia, pero igual comunícate con el veterinario para informarle. Te indicará si es necesario hacer algo más.
Si notas que tu gato se toca el rostro y la boca con las patas, y evita que le toquen la cabeza, o si parece sentir dolor al comer, comunícate con tu veterinario.
Una intervención oportuna es fundamental para la prevención. Se recomienda una exploración bucal/dental a cargo de un veterinario una vez al año en gatos adultos o dos veces al año en gatos ancianos. Esto ayuda a identificar problemas a tiempo, de modo que pueda iniciarse un tratamiento antes de que progrese la enfermedad.
Seis horas después de una limpieza dental, ya comienza a formarse placa.
El cuidado dental en el hogar es fundamental para prevenir una enfermedad dental. Hay muchas formas de prevenirlo. Ocúpate del cuidado dental de tu gato a diario, para que se convierta en una rutina. Además, determina qué métodos funcionan mejor para ti y tu gato. Con frecuencia, es útil combinar dos o más métodos. Puedes probar con estos métodos en tu casa.
NO USAR PASTA DENTAL PARA SERES HUMANOS. Sus ingredientes no pueden ingerirse. Contienen demasiado flúor y otros ingredientes que podrían ser perjudiciales para los gatos. La pasta dental para mascotas puede ingerirse, no hace espuma y tiene sabores que son más apetecibles para los animales. Además, contienen enzimas que ayudan a eliminar la placa. El veterinario puede hacerte varias recomendaciones. Si a tu gato le disgusta mucho el cepillado de los dientes, puedes probar con Oratene Brushless Toothpaste Gel.
No contiene bicarbonato de sodio, que, tras la ingesta, puede causar malestar en el estómago y el tubo digestivo debido a su elevada alcalinidad.
Prueba a cepillarle los dientes a diario o al menos cada dos a tres días. Un poco es mejor que nada. Incluso tan solo frotar un hisopo de algodón en el diente es efectivo para controlar la placa. Para que tu gato disfrute más el proceso, puedes sumergir el hisopo en agua con atún.
En este video, se muestra cómo cepillarle los dientes a tu gato.
Hay dietas especiales para los dientes que contribuyen a la prevención de acumulación de placa y tártaro dental. Algunas incluso ayudan a combatir la gingivitis (inflamación de las encías) y la halitosis (mal aliento). Entre las opciones, se incluyen Royal Canine Veterinary Dental Diet, Purina Pro Plan Veterinary Diet DH y Hill’s Prescription t/d dental diet.
Siempre y cuando tu gato no sea alérgico a algunos alimentos ni tenga problemas digestivos, puedes darle golosinas para los dientes que tengan el sello del Consejo Veterinario de Salud Bucal (VOHC, Veterinary Oral Health Council). Solo las golosinas con este sello están aprobadas para reducir la acumulación de placa y tártaro dental. Para obtener el sello, el producto se somete a estudios científicos estrictos. Visita VOHC.org para ver una lista de los productos autorizados. El veterinario también puede brindarte recomendaciones.
También hay aditivos para comida y agua que ayudan a reducir la acumulación de placa y tártaro dental. Un buen aditivo para alimentos es VetriScience Perio en polvo, mientras que Oratene es un buen aditivo para el agua de tu mascota.
Si tu gato tiene enfermedad periodontal grave, puedes hablar con el veterinario sobre el gel bucal antiséptico Oratene Oral Gel. Este producto contiene una potente enzima que ayuda a tratar la gingivitis y la enfermedad periodontal. Alivia y calma las encías inflamadas. Al no tener que tocar las encías doloridas con un cepillo, tu gato se mostrará más dispuesto al tratamiento.
Como siempre, consulta con el veterinario de tu gato para obtener más recomendaciones sobre cómo ayudar a prevenir las enfermedades dentales.
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